12.7.05

Leonardo da Vinci o la avalancha de ideas: el cocinero (III)


Seguimos con las peripecias de Leonardo en la cocina (1). Si acabáis de llegar, os será de utilidad leeros los post anteriores para situaros.

Leonardo consigue ocuparse de otros asuntos más dignos de su inteligencia que entretener a los comensales de Ludovico. Una vez que se entera de que va a prepararse un banquete, Leonardo aprovecha para expresar sus inquietudes culinarias a su mecenas Ludovico, y le propone un menú minimalista y revolucionario, compuesto básicamente de vegetales y delicadezas de la época, en pequeñas dosis y con una primorosa preparación.

El incrédulo Ludovico "le hace saber a Leonardo que ésa no es en absoluto la comida que él tiene en mente. Le explica con tacto que no es la clase de banquete que los Sforza acostumbran a ofrecer a sus invitados, ni tampoco la clase de banquete que los invitados de los Sforza estarían dispuestos a probar, tras haber recorrido cientos de millas, al final de su penoso viaje.
Pero, al menos, ahora Ludovico estaba al corriente del interés de Leonardo por la comida, por excéntrico que le pareciera, y poco tiempo después le pide que realice un nuevo proyecto para las cocinas del Castello, el gran Palacio Sforza en el centro de Milán.
Desde ese momento, y durante el siguiente año y medio, Ludovico y los cientos de personas que componen su corte y que viven en el Palacio no alcanzan a comprender lo que se les ha venido encima.
Inmediatamente, Leonardo elabora una lista de lo que -según él- son las necesidades principales de una cocina:

En primer lugar, es necesaria una fuente de fuego constante. Además, una provisión constante de agua hirviente. Después un suelo que esté siempre limpio. También aparatos para limpiar, moler, rebanar, pelar y cortar. Además, un ingenio para apartar de la cocina los tufos y hedores y ennoblecerla así con un ambiente dulce y fragante. Y también música, pues los hombres trabajan mejor y más alegremente allí donde hay música."

Y Leonardo, presto e ilusionado, se dispone a idear los engendros mecánicos que harán posible sus sueños culinarios.

(continuará)

(1) Shelagh & Jonathan Routh: "Notas de cocina de Leonardo da Vinci" (2001) Ed. Temas de Hoy.

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