5.4.09

¡Glup!




Viendo este vídeo, uno duda de si la estrategia de agruparse realmente funciona como protección, o facilita las cosas a los predadores. Al principio del ataque, puede que los individuos del centro de la bola estén protegidos por sus congéneres del perímetro. Pero conforme la masa de atacantes aumenta, a mí me parece que sería mejor una dispersión rápida. No acabo de entender ese afán por volver a formar la bola tras cada ataque. En este caso, el gregarismo extremo resulta un serio obstáculo para la supervivencia.
Si ya decía yo que esto de ser gregario muy bueno no podía ser...


Vídeo: Nature's Great Events (BBC One).

6 Memes sueltos:

Tay dijo...

Verdaderamente increible, he tenido que ponerlo un par de veces para creermelo... 8o

Anónimo dijo...

wow, y viendo la tremenda presión que sufren los cardúmenes, no es de sorprender que unas cuantas flotas de superpesqueros puedan amenazar con extinguir poblaciones enteras de peces gregarios....

Miski dijo...

También es curioso que no solemos ver a las ballenas como cazadoras o depredadoras.
Un saludo.

Robertö dijo...

Es claro que a las especies de peces pequeños que no les ha dado por tomar esa estrategia no les fue mejor en la vida. Posiblemente estén expuestas a un peligro constante de ser engullidas por pequeños peces solo un poco más grande que ellos y el caso de la embestida de los cetáceos o los grandes peces sea muy esporádico como para ser relevante.

Memecio dijo...

Me gusta la explicación, Robertö, tiene sentido. Si es la correcta, entonces se evidencia que les falta la suficiente flexibilidad para identificar un momento de ataque en masa de depredadores, y cambiar la estrategia inicial de agrupamiento por la de dispersión.

Robertö dijo...

Es complicado, por que si te fijas, tampoco parece funcionar su estrategia defensiva con las aves, que posiblemente tengan mejor vista que sus depredadores submarinos. Seguramente la estrategia es exitosa cuando se ven amenazadas por peces del tamaño de las gaviotas,quienes seguramente se retiran de inmediato al percibir un estímulo que les indica que hay algo grande nadando. Es que cualquier habitante marino necesariamente tiene muy claro esa vieja ley del pez grande y el pez chico.