Tiernos monstruos
Los humanos podemos crear seres imaginarios empleando la fantasía. Se trata de "cortar" una o más partes de un organismo y "pegarlas" en otro, creando combinaciones extrañas. Como, entre otros, los unicornios, pegasos, dragones, arpías, quimeras, hidras, centauros, sirenas, cerberos, grifos, esfinges, medusas (de las mitológicas, no de las de los mares), gorgonas, gárgolas varias...o equidnas.
La naturaleza no puede dar saltos tan bruscos. Su capacidad de innovación está limitada por un desarrollo ontogenético que ha de ser factible (o sea, que el organismo se ha de poder desarrollar) y una persistencia mínimamente viable (o sea, que ha de poder reproducirse al menos algunas generaciones). Pero a veces nos regala con criaturas peculiares, que sorprenden hasta a la imaginación humana. Como estas encantadoras crías de equidna (familia Tachyglossidae) del zoo de Perth:
Estas alucinantes criaturas proceden del foco de singularidades faunísticas (desde un punto de vista mamíferocéntrico, claro está) que es Oceanía. Aún así, el imaginario de bestias creado por la fantasía humana es más rico. Al fin y al cabo, imaginar es casi gratis. Y te ahorras materializar lo inventado.
ACTUALIZACIÓN (30/11/2009): Puede añadirse que en los niveles organísmicos más simples y en algunas plantas, la hibridación y la simbiosis es muy común. En este caso, el "copiar-y-pegar" de información genética es mucho más parecido a los mecanismos psicológicos por los que inaginamos nuevas criaturas.
Fuente: Zooborns.
Banda sonora del artículo: Hand in my pocket (Alanis Morissette, 1995 ):